dissabte, 21 d’agost del 2010


Las luces encendidas, te veo andar moviendo las caderas, andas hacia un lugar infinito y te pierdes entre la multitud, un simple parpadeo me ha servido para perderte la pista.
Pasa el tiempo y tu sigues sin aparecer, hasta que a los lejos veo una sombra y una silueta que parece ser la tuya. Te miro tanto que acabas descubriendome, te acercas a mi con tu contoneo, y me das dos besos que parecen caídos de la nada. Me agarras las manos, noto que tus manos son suaves y al mismo tiempo están frías, yo de los nervios no articulo palabra a lo cual tu me preguntas que me pasa. En ese mismo instante tenía dos respuestas para tu pregunta, la más razonable era decirte que no me pasaba nada, que estaba perfectamente, cuando en realidad me moría por besarte, cogerte y tenerte conmigo hasta que amaneciese y nunca soltarte. Nuestras manos se separaron y mis sueños se desvanecieron, tus manos volvieron a desaparecer entre la muchedumbre y las mías ya te echaban de menos.

Era extraño, hoy volvía a soplar el viento, hacía mucho tiempo que no lo notaba acariciandome la cara, las manos, el cuerpo...
Andaba, si, hoy volvía a pisar aquella arena qeu tantas veces pisamos tu y yo.
Era de día, no sé exactamente sobre que hora, pero suficiente para que el sol picase sobre mis hombros desnudos. Me subí en aquella barca, y pensé, ¿ qué se hizo de aquel día en que él y yo prometimos no volver a subirnos aquí ? ¿ Qué pasó ? Éramos tan felices ...
El agua me llegó a los piés, pues mira, siempre jugábamos a quien corría sin que el agua le toque, siempre él era más rápido que yo, sin duda.
Pasábamos hora y horas en el mar, y ahora solo es recuerdo; pero hoy yo, sola, volvía a estar en aquella playa, junto al mar, con los pies undidos en la arena, en aquel lugar donde nos conocimos, donde dejabamos nuestra toalla tendida.
Noté unas gotas frias en mi cara, ¿ eran sus ojos que lloraban ? Era estraña la sensación, notaba como si el tiempo volviera atrás, un frío intenso, contrastado en llanto de sus lágrimas dulces y cálidas, acariciando mi piel.
No le pude decir adiós, ahora me ha costado tanto poder olvidarlo, creía en que si volvía, igual todo volvería a ser como antes. ¿ Debe pensar aun en mi ?, ¿ en todo lo que vivimos ?